¡Qué caray, ciber - locos! ¿Cuál es la prisa? A los ministros de la Corte no les corre ningún apuro por responder a la petición, el clamor de las madres y padres de los niños asesinados en la guardería ABC de Hermosillo por la negligencia criminal y la corrupción. Después de haber pospuesto el análisis del caso hasta después de que pasaran sus "merecidas" vacaciones, los hombres que simbolizan la más alta autoridad nacional en materia de justicia, deciden entrarle al caso pero con calma, con toda la parsimonia de sus trámites y procedimientos burocráticos. Les explico. Después de más de dos semanas de descanso súper pagado que ya quisieran la mayoría de los jodidos mexicanos, los ministros apenas decidieron ayer que será hasta el próximo jueves cuando analicen el dictamen que preparó en sus vacaciones el ministro Salvador Aguirre Anguiano. Un grueso expediente de 200 cuartillas les fue entregado al resto de los miembros de la Corte para que lo estudien y discutan el jueves. Pero no crean que el jueves ya nos dirán si hubo o no injusticias y faltas graves en la muerte de los inocentes niños que murieron quemados y los que quedaron marcados de por vida; no, el jueves apenas discutirán, con base en los argumentos que les presente el ministro Aguirre, si atraen o no el caso y si inician una investigación propia para decirnos a los mexicanos por qué murieron esos pequeños de entre 1 y 5 años de edad, hijos de padres y madres trabajadores de este país. Nadie sabe pronosticar si los ministros dirán que sí o que no al clamor desesperado de los padres de aquellos niños; es claro que el ministro Aguirre no quiere que la Corte entre a investigar el caso porque así se pronunció antes de las vacaciones. A parte de él sólo se sabe que el ministro Sergio Valls, que fue quien propuso que la Corte interviniera, al hacer suyo el reclamo de los padres de Sonora, sería el único claramente a favor de que los ministros investiguen; de los otros nueve es todavía una incógnita qué posición tomarán. No es la primera vez que la Suprema Corte se ve orillada a discutir temas y conflictos que han conmocionado a la sociedad y sobre los que los otros Poderes —ni el Ejecutivo ni el Legislativo— han dado respuestas satisfactorias a los reclamos de verdad y de justicia de la sociedad. El caso de Lydia Cacho, el de Atenco, y aún pendiente el de Oaxaca, son ejemplos de asuntos en los que la Corte ha intervenido en temas sociales, no siempre con fallos a favor de quienes reclamaban justicia. Hoy, con el caso de la guardería ABC, los ministros se enfrentan otra vez a un tema que ha indignado y conmovido a la sociedad. Y no sé ustedes, pajarillos, pero yo esperaría de los señores que dicen ser nuestra máxima autoridad en materia de justicia una muestra de sensibilidad, de compromiso, de compasión hacia los padres que lloran por justicia para sus pequeños niños que murieron en aquel incendio del que aún no hay culpables porque a todos los presuntos responsables los dejaron escapar. Me gustaría pensar, que veremos esta vez a una Corte más humana. Aunque no estoy seguro, porque en las dos semanas que ellos se tomaron de vacaciones, justo cuando varios de los ministros se relajaban con sus familias y sus muy onerosos sueldos —300 mil pesos mensuales más prestaciones—, uno más de esos pobres niños de Hermosillo, Juan Carlos Rascón Olguín, de apenas tres añitos de edad, moría en un hospital de California, donde se había debatido por casi dos meses entre la vida y la muerte, con la mayor parte de su pequeño cuerpo quemado. Con él sumaron ya 49 los niños muertos en una tragedia que para sus padres, para los niños sobrevivientes y para muchos mexicanos será imborrable y sobre la que no se ha hecho aún justicia. ¿La harán los ministros que se supone se dedican a eso?
En otras cosa chequen esta nota que encontré les va a agradar. La iniciativa de la japonesa Emiri Miyasaka, 25 años, quien contemplaba presentarse con un atuendo muy provocativo en el certamen Miss Universo a celebrarse el próximo 23 de agosto en las Bahamas, recibió severas criticas por parte de los japoneses, quienes le exigían retomar el kimono (atuendo típico de aquel país) y dejarse de inventos, ya que éstos los llevarían al fracaso, además que darían al mundo una imagen equivocada del país asiático. El controversial atuendo que ya no será presentado durante la gala, mostraba a una Emiri Miyasaka muy sensual portando un kimono negro de piel, donde se podía ver incluso su ropa interior. Mientras las críticas llovieron a cántaros, los diseñadores del vestuario defendieron su obra, al asegurar que buscaban hacer evolucionar el conservador sentido japonés de la moda: "Los dinosaurios conservadores y de la moda están criticando el traje, mientras que a los seguidores de la moda les encanta. Sólo me interesan los protagonistas de la industria de la moda", escribió en su blog, Ligron, quien ha trabajado a lo largo de los últimos 10 años con las aspirantes japonesas a Miss Universo.
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