Este fin de semana en la ciudad de México hubo dos conciertos, de dos géneros diferentes, pero, ambos espectaculares. Yo tuve la oportunidad de ir a uno de ellos pero, como siempre los consiento he aquí las dos reseñas dentro de "MUNDO CON SONIDO PROPIO" para todos ustedes lectores de "MY WORD VICION"
Ricardo Arjona sí tuvo de invitada a Paquita la del Barrio en el primero de los seis conciertos que ofrecerá en el Auditorio Nacional, la cantante mexicana acompañó al guatemalteco en el escenario, pero de manera virtual, para cantar juntos el tema "Ni tú ni yo", que se incluye en su más reciente producción discográfica "Quinto piso". Para sorpresa de los asistentes que abarrotaron el recinto de Reforma la imagen de la intérprete de "Rata de dos patas" apareció en la pantalla que ocupada prácticamente toda la parte de atrás del escenario, en lo que simulaba un balcón desde el cual Paquita sostuvo una breve charla con el cantante antes de comenzar con la canción que cantan a dueto. Como es costumbre en él, Arjona interactuó en todo momento con el público haciendo pequeñas introducciones a algunos de los 22 temas que ofreció a lo largo de dos horas de concierto. Éxitos como "Desnuda", "Acompáñame a estar solo", "Historia de taxi", "Sin daños a terceros", "Te conozco", "Si el norte fuera el sur" y "Señora de las cuatro décadas", así como "Quinto piso", "El del espejo" y "Que nadie vea", temas de su nuevo disco, lograron que el público se rindiera ante el cantante, que agradeció el apoyo del público pese a los momentos de crisis que vive el mundo. En este sentido dijo que el concierto "es una celebración porque para nadie ha sido fácil venir acá. Es como cuando se encuentran los compadres y uno le pregunta '¿cómo estás Pedro?', y este le contesta 'bien jodido', pero no pasa nada, y esta noche vamos a celebrando que en verdad no pasa nada". "Además no es tan malo estar jodido, si quieres encontrar un amigo de verdad procura estar bien jodido, igual que si estás buscando el amor de tu vida", comentó el cantante. Las declaraciones de amor y piropos para el guatemalteco no cesaron, lo mismo se podía oír un de "papacito" que "te amo" y "quiero todo contigo", acompañados por gritos ensordecedores, aplausos y besos. Uno minutos antes de las once del a noche Arjona se despidió por primera ocasión de su público, pero ante la petición unánime de "otra, otra" regresó al escenario para cerrar el show con "Pingüinos en la cama" y "Mujeres", que puso punto final a la velada.
La sequía de 87 mil 600 horas sin que el público mexicano escuchara en vivo a Metallica quedó saciada el jueves pasado en 120 minutos, durante los cuales un James Hetfield infinito en la voz y guitarra, un Lars Ulrich inconmensurable en la batería, un Kirk Hammett impecable en la guitarra y un Robert Trujillo atrozmente exquisito en el golpeante bajo, demostraron a 58 mil personas el infinito poder del thrash metal. Un concierto esféricamente pulcro, que preludia un colofón similar hoy y mañana cuando concluyan su gira por nuestro país de su Death Magnetic Tour, en el Foro Sol de la ciudad de México. El vocalista James Hetfield ya lo había adelantado en conferencia de prensa unas horas antes del inicio de hostilidades: "Es un honor para nosotros regresar a México, ya que es una banda que nos da buena vibra; tocar aquí, después de 10 años, con 180 mil personas dispuestas a escucharte es todo un honor; hay grupos de los que después de una década nadie se acuerda. Aquí hemos dado nuestros conciertos más energéticos. Porque creo que Metallica aún tiene más preguntas que respuestas, por eso seguimos haciendo canciones para encontrar algunas y, creo que eso le agrada a la gente. Antes de que el minutero surcara lentamente las dos horas desde que Resorte apareció en el escenario, y que se prolongara con Avenged Sevenfold, agrupaciones encargadas de abrir el concierto y calentar los ánimos del frenético público, que desde las 17 horas comenzaron para atestiguar el acontecimiento largamente aplazado. A las 21:45, con un intercambio de procacidades, insultos, diatribas y una lluvia de proyectiles entre la sección de gradas y la plancha –que evocó el concierto de Metallica en 1999– todo comenzó a tomar forma para el ritual pagano con los impresionantes riffs de That Was Just your Life; el músico dio la bienvenida ante el fervor profesado por sus fanáticos. Los músicos comenzaron a tomar el escenario de izquierda a derecha y de derecha a izquierda; además, específicamente James, de abajo hacia arriba, por el segundo escenario que se elevaba tres metros sobre el proscenio principal, que además estaba coronado con una pantalla de alta definición que descubrió en innumerables momentos el gran manejo instrumental de los integrantes y hasta una guitarra de Kirk con un grafiti de Drácula, con todo y Bela Lugosi. Camisas con la leyenda de Metallica-México se apreciaban entre los miles de asistentes, quienes no escatimaron en derrochar ánimo y baile con temas como The End of the Line, Creep and Dead, Holier than Thou, One, BBS, Cyanide, Sad but True, Uniforgiven y All Nightmare, para reafirmar que el fervor metalero profesado a Metallica sigue intacto, incluso está en aumento, por los niños que aún no tenían edad para asistir a un concierto o de plano no habían nacido desde la última vez que tocaron en el país. Tal como lo adelantó Lars en la conferencia de prensa: "Qué muestra de amor más patente por México que haber venido a tocar cinco veces, además de incluir escenas de nuestros conciertos en este país en nuestro box set de y haber regresado, como dice James, para tocar frente a 180 mil personas; esa es una verdadera comunión, donde la música es más poderosa que muchas otras cosas". El concierto siguió galopando de forma óptima y tuvo varios momentos impresionantes, pero la parte final fue lo mejor: cuando los ánimos parecieron menguar, canciones como The Day that Never Comes, Master of Puppets, Blackened, Nothing Else Matters y Enter Sandman Live dieron un cierre digno a un público rendido ante una banda básica en la escena del, por qué no repetirlo, infinito poder del thrash metal.
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